
Datos Generales
Localización:
España - Euskadi - Bizkaia - Bermeo - Ubicación Google Maps
Características:
Altura Focal: 122 m.
Altura Soporte: 20 m.
Alcance: 44 a 65 km, (según fuentes) km.
Gestiona el Faro:
- No es posible visitar el interior del Faro de Matxitxako.
- Depende y está gestionado por la Autoridad Portuaria de Bilbao
- Más Información sobre el Faro de Matxitxako proporcionada por la Diputación Foral de Bizkaia . Enlace PDF ➣
Entorno
- Parking: Fácil hasta la puerta del Recinto
- Acceso al faro: No se puede visitar.
- Alrededores: Práctica de senderismo - Zona de paseo - Playa próxima.
- Servicios: No hay cafeterías ni otros servicios cerca del Faro
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Una nueva forma de viajar...
¿Y si cada ruta ocultara un juego, un reto y una recompensa? . Muy pronto… tus viajes no volverán a ser lo mismo.
- Tipo de Faro: F1
- Peculiaridad: En 1915, durante el periodo migratorio y en medio de un temporal, unas 10.000 aves se estrellaron en la linterna del faro atraídas por la luz.
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Toda ruta guarda secretos. Una nueva forma de viajar y jugar está llegando . Pronto formarás parte del nuevo espacio que estamos creando en esta web. Mantente atento.
El Faro: Un destino en tu ruta

Descubre uno de los rincones más emblemáticos y salvajes de la costa vasca: el Faro de Matxitxako. Situado en un lugar donde el mar y el viento han moldeado acantilados espectaculares, este faro no solo es una referencia para navegantes, sino también un auténtico refugio para quienes buscan paisajes inolvidables y contacto con la naturaleza.
Ubicación:
El Faro de Matxitxako se alza en el cabo que lleva su mismo nombre, un balcón natural sobre el mar Cantábrico, dentro de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, en la costa de Bizkaia. Este paraje es considerado uno de los puntos más sobresalientes de la cornisa cantábrica, tanto por su belleza como por su valor ecológico.
La localidad más cercana es Bermeo. Su posición estratégica lo convierte en uno de los puntos más expuestos y a la vez más espectaculares de la costa vasca, donde la fuerza de la naturaleza se muestra en todo su esplendor..
Historia
El cabo de Matxitxako guarda una historia fascinante ligada al mar y sus navegantes. Aquí conviven dos faros: el antiguo y el moderno.
El faro viejo fue inaugurado en 1852 y permaneció en servicio hasta 1909. Fue construido con piedra sillar traída desde las canteras de Durangaldea (Durango y alrededores). Su linterna, en su época, ofrecía un alcance de hasta 23 millas náuticas. Contaba con tres fareros que se encargaban de su funcionamiento, y estaba situado a 12 metros de altura y a 79 metros sobre el nivel del mar. Aunque hoy en día solo queda en pie su torre, sigue teniendo una función importante: alberga una sirena de niebla que avisa a los barcos en días de escasa visibilidad.
El relevo llegó en 1909 con la construcción del faro moderno, situado a tan solo 110 metros del anterior. Esta nueva instalación respondió a la necesidad de modernizar la señalización marítima en una costa especialmente abrupta y, a menudo, peligrosa para la navegación. Desde entonces y hasta hoy, sigue guiando a los marineros y vigilando silenciosamente las aguas del Cantábrico.

Descripción:
El faro moderno de Matxitxako es mucho más que una torre luminosa: es un pequeño complejo arquitectónico que incluye la antigua casa de los torreros, almacenes y un depósito de efectos. El edificio principal es de planta rectangular, con un cuerpo central de dos pisos flanqueado por alas laterales de una sola altura. La entrada principal se distingue por su elegante arco de medio punto.
La torre, de base octogonal y construida en mampostería, se encuentra en uno de los extremos del edificio. Su cúpula, de hierro fundido laminado, alberga el sistema óptico que permite que su luz alcance decenas de millas náuticas.
El faro, que hoy funciona de forma completamente automática, está equipado con radar, sistemas meteorológicos y oceanográficos que permiten monitorizar las condiciones del mar y del viento en tiempo real. Situado a unos 90 metros sobre el nivel del mar, su luz guía a los barcos en un amplio tramo de costa, desde Castro Urdiales hasta la desembocadura del río Deba.
La torre mide 20 metros de altura, y su luz —un destello blanco cada 7 segundos— puede verse a una distancia de entre 24 y 35 millas náuticas (según condiciones y fuentes, entre 44 y 65 km). Uno de sus detalles más curiosos es que la óptica flota sobre una base de 300 kg de mercurio, lo que facilita su rotación suave y precisa.
Entorno:
El Faro de Matxitxako se encuentra en un escenario natural que quita el aliento. El cabo, con sus acantilados recortados y su paisaje agreste, es un lugar de contrastes, esculpido por siglos de viento, salitre y mareas.
Formando parte de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, este entorno protegido es un paraíso para la biodiversidad, donde conviven aves marinas, cetáceos y una gran variedad de flora autóctona. Desde el cabo, las vistas del mar Cantábrico son simplemente espectaculares, y no es raro quedarse hipnotizado viendo cómo las olas golpean sin descanso las rocas que rodean el faro.
El Faro de Matxitxako es mucho más que un punto de referencia marítimo; es también un lugar perfecto para disfrutar de la naturaleza y el aire libre:
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Observación de aves y cetáceos: En 2014, la torre del faro viejo fue acondicionada como observatorio para la observación de aves migratorias y cetáceos. Durante determinadas épocas del año, es posible avistar delfines, ballenas y aves en plena migración.
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Senderismo: La ruta de acceso al faro es en sí misma una experiencia. Un sendero conecta el aparcamiento con el faro, atravesando un paisaje que invita a caminar con calma y disfrutar de cada vista. Eso sí, la subida de vuelta puede resultar exigente, así que conviene llevar calzado cómodo y agua.
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Fotografía y contemplación: Tanto si eres fotógrafo como si simplemente disfrutas de un buen paisaje, el faro es un lugar ideal para capturar la fuerza del mar, las luces cambiantes del cielo y los impresionantes acantilados.
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Rutas interpretativas: A lo largo de la zona encontrarás paneles informativos que explican la historia, la geología y la biodiversidad del entorno. Además, en algunas épocas se organizan rutas guiadas que enriquecen aún más la visita.

Curiosidades:
- Aunque no se permite el acceso al interior del Faro de Matxitxako —ni al antiguo ni al moderno—, la visita al entorno merece absolutamente la pena. El faro moderno se encuentra dentro de un recinto cerrado y su interior no está abierto al público, mientras que la torre del faro viejo, que sigue cumpliendo la función de sirena de niebla, solo abre ocasionalmente con fines didácticos como observatorio.
- El recorrido hasta las inmediaciones es sencillo y está bien señalizado, aunque la última parte del sendero presenta una pendiente pronunciada. La recompensa, al llegar, son unas vistas impresionantes y una conexión directa con la naturaleza más salvaje de la costa.
- Además, la construcción del faro viejo, hecha con piedra traída de Durango, es un bonito ejemplo de la arquitectura funcional marítima del siglo XIX y del uso de materiales locales en este tipo de infraestructuras.
En 1915, durante la temporada de migración y en plena noche de temporal, el Faro de Matxitxako fue escenario de un suceso tan impactante como insólito. Atraídas por la potente luz de la linterna, unas 10.000 aves migratorias colisionaron contra la estructura del faro, desorientadas por la combinación de la intensa iluminación y las difíciles condiciones meteorológicas. El fenómeno, que está documentado, pone de relieve la importancia de Matxitxako como un punto clave en las rutas migratorias de numerosas especies. Aquella noche, miles de aves acabaron precipitándose contra el cristal de la linterna y cayendo sobre el balconcillo y en los alrededores de la torre, dejando una imagen que, aún hoy, forma parte de la memoria de este histórico faro.