Faro de Punta del Pescador

 Un Tesoro Histórico y Natural en la Costa Cántabra

Datos Generales

Localización:

Características:

  • Altura Focal: 39 m.

  • Altura Soporte: 13 m.

  • Alcance: 31 km.

Gestiona el Faro:

Entorno

  • Parking: No es accesible en coche, lo que forma parte de su encanto. El trayecto debe hacerse a pie o en bicicleta. Tambien se puede hacer a través del monte tras visitar el Faro del Caballo
  • Acceso al faro: No se puede visitar. 
  • Alrededores: Práctica de senderismo - Zona de paseo 
  • Servicios:  No hay cafeterías ni otros servicios cerca del Faro

Rutas con este Faro

Ruta 181 Sentido Antihorario: Etapa 02 

Ruta 181 Sentido Horario: Etapa 21i 

Ruta de Costa: Costa de Cantabria 


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  • Tipo de Faro: F3

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El Faro: Un destino en tu ruta

Majestuoso, aislado y cargado de historia, el Faro de Punta del Pescador se alza sobre los acantilados del Monte Buciero como un auténtico guardián del Cantábrico. No es solo una señal marítima: es una joya patrimonial que une naturaleza, ingeniería y memoria histórica en uno de los rincones más cautivadores de Santoña.

Ubicación:

Este faro se encuentra en Santoña, al norte de España, en plena costa de Cantabria. Está enclavado en un paraje espectacular, sobre un acantilado en la cara norte del Monte Buciero, justo en la punta que le da nombre.

Sus coordenadas son 43°27′49″N y 3°26′01″O. A 39 metros sobre el nivel del mar, solo se puede acceder a pie o en bicicleta, o por los senderos del monte, lo que convierte la visita en una pequeña aventura. A lo largo del recorrido, el viajero es recompensado con impresionantes vistas del Mar Cantábrico y de la cercana Playa de Berria.



Historia

La historia del faro comienza en 1859, cuando se planteó su construcción para sustituir a un faro en la Punta del Fraile, cuya ubicación no era la más efectiva para señalizar la costa. La obra se completó en 1864, pero el emplazamiento guarda aún más historia: se construyó sobre los restos de una fortificación napoleónica levantada entre 1810 y 1814, durante la ocupación francesa de Santoña.

Originalmente, el faro funcionaba con una lámpara de aceite de oliva, una innovación pionera en la costa cántabra. Su evolución tecnológica fue constante: en 1883 se instaló una lámpara de petróleo, en 1926 una de acetileno, y con ella llegó el característico grupo de tres destellos blancos cada 15 segundos.

El faro sufrió los embates del clima y la historia: en 1915 un ciclón causó daños importantes y durante la Guerra Civil, en 1936, quedó temporalmente apagado. En los años 90 fue electrificado y, finalmente, modernizado en 2003 con sistemas de control remoto, manteniéndose hoy en funcionamiento como una pieza viva del patrimonio marítimo.


Descripción:

El edificio original está formado por una torre blanca troncocónica de 13 metros de altura, adosada a una casa de dos plantas que servía de vivienda y almacén para los fareros. Tras su automatización en 1926, se añadió un pequeño edificio anexo para el mantenimiento. Estos elementos, conservados hasta hoy, forman parte inseparable del perfil costero de Santoña.

El Faro de Punta del Pescador emite un grupo de 3+1 destellos blancos cada 18 segundos, visibles hasta 17 millas náuticas (unos 31 km. Su luz, blanca y sin señales acústicas, proviene de un moderno equipo Balizamar.

La óptica original, todo un prodigio de la época, utilizaba una lámpara de aceite con lentes giratorias.. Pertenece a la Red Litoral de Balizamiento gestionada por la Autoridad Portuaria de Santander. 


Entorno:

El faro se integra en el incomparable entorno natural del Monte Buciero, donde los acantilados, bosques frondosos y caminos históricos crean una atmósfera única. Desde sus alrededores se puede contemplar el azul infinito del Cantábrico, la silueta de la Playa de Berria y, con suerte, alguna cabra montés asomada a las rocas.

Muy cerca se encuentran otros enclaves históricos como el Faro del Caballo (actualmente fuera de servicio), la Batería de San Felipe, la Batería del Águila o el Fuerte del Mazo. También destacan los restos de La Atalaya, una antigua torre de vigía desde la que antaño se encendían fuegos para guiar a los navegantes.

El acceso al faro se convierte en sí mismo en una experiencia. Las rutas de senderismo que parten desde Berria o que recorren todo el Monte Buciero ofrecen paisajes cambiantes, silencio, historia y naturaleza.

La ruta también es apta para quienes disfrutan de la bicicleta de montaña. Por el camino, es habitual encontrar aficionados a la fotografía de paisaje, observadores de aves o simplemente caminantes que buscan desconectar del ruido urbano. Y si buscas más acción, la Playa de Berria cercana es ideal para practicar surf, kayak o paddle surf..


Visitas:

El Faro de Punta del Pescador no es accesible en coche, lo que forma parte de su encanto. El trayecto debe hacerse a pie o en bici, lo cual permite disfrutar con calma del entorno. El propio edificio está cerrado al público, pero las vistas desde sus inmediaciones son espectaculares.

Esta limitación favorece un turismo más tranquilo, alejado de las aglomeraciones, y hace del faro un destino ideal para quienes valoran la paz de los lugares escondidos.

Gestión y conservación

El faro está gestionado por la Autoridad Portuaria de Santander, bajo el Ministerio de Fomento. Aunque el Ayuntamiento de Santoña colabora en la preservación del entorno, la responsabilidad directa del mantenimiento recae en esta entidad.

Contacto:

  • Dirección: Muelles de Maliaño s/n, 39009 Santander (Cantabria, España)
  • Teléfono: (+34) 942 20 36 00
  • Fax: (+34) 942 20 36 33
  • Correo electrónico: info@puertosantander.es 
  • Web


Curiosidades:

  • Es el único faro en activo en Santoña, ya que el Faro del Caballo está fuera de servicio.
  • Fue construido sobre una fortificación napoleónica, lo que le añade valor histórico y patrimonial.
  • Su sistema original de iluminación con aceite de oliva fue pionero en la región.
  • El acceso solo es posible a pie o en bicicleta, lo que lo convierte en un lugar aislado y perfecto para aventureros.
  • Su situación estratégica marca la entrada a la bahía de Santoña.
  • El entorno fue modificado artificialmente con explosivos durante la ocupación francesa para dificultar su acceso, lo que le confiere su peculiar perfil escarpado.

Huellas

Nuestro agradecimiento a todos los viajeros de la Ruta 181 por compartir sus imágenes y ayudarnos a mostrar la belleza de cada rincón.