
Datos Generales
Localización:
España - Euskadi - Gipuzkoa - Donostia - Ubicación Google Maps
España - Euskadi - Gipuzkoa - Donostia - Ubicación Google Maps
Características:
Altura Focal: 134 m
Altura Soporte: 15 m.
Alcance: 48 km.
Altura Focal: 134 m
Altura Soporte: 15 m.
Alcance: 48 km.
Gestiona el Faro:
- No se puede visitar. Para gestiones con el Faro contactar con la Autoridad Portuaria de Pasajes que es la propietaria y gestora del faro. Su interior es prácticamente desconocido, ya que su labor de señalización está automatizada
Entorno
- Parking: Puedes aparcar tu vehículo a unos 200 metros del Faro y iniciar el recorrido a pie desde allí hasta las proximidades de faro.
- Acceso al faro: Solo se puede acceder a pie a las proximidades. El interior del faro no está abierto al público.
- Alrededores: Práctica de senderismo - Zona de paseo - Playa próxima y Parque de Atracciones.
- Servicios: Hay cafeterías, y otros servicios cerca del Faro
Descubre los alrededores:
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Una nueva forma de viajar...
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- Tipo de Faro: F1
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Toda ruta guarda secretos. Una nueva forma de viajar y jugar está llegando . Pronto formarás parte del nuevo espacio que estamos creando en esta web. Mantente atento.
El Faro: Un destino en tu ruta

Ubicación:
El Faro de Igeldo se alza en uno de los rincones más privilegiados de San Sebastián: el monte Igeldo. A solo 2 kilómetros del centro, este faro vigila el Atlántico Norte desde su ladera norte, a unos 134 metros sobre el nivel del mar. Desde allí, regala vistas espectaculares de la icónica bahía de La Concha, los acantilados de la costa vasca y el inmenso Cantábrico. Sus coordenadas exactas son 43°19′21″N 2°00′37″O, aunque lo mejor es dejarse guiar por las vistas y el encanto natural del entorno.
Historia
El vínculo de Igeldo con la navegación es antiguo. Ya en el siglo XVI, los marineros confiaban en una señal luminosa situada en este mismo lugar. En 1748 se levantó "La Farola", un torreón de leña que, en sus días de gloria, alcanzaba hasta 50 km de visibilidad. Sin embargo, las guerras y el paso del tiempo la dañaron, y acabó convirtiéndose en un mirador.
El faro que conocemos hoy tomó forma entre 1854 y 1855, gracias al ingeniero Manuel Peironcely Maroto. Comenzó su servicio con luz de aceite y parafina, iluminando las aguas hasta 23 millas náuticas. Con los años, se fue adaptando: en 1916 cambió al petróleo, en 1918 se electrificó debido a la escasez de combustible provocada por la Primera Guerra Mundial, y en 1929 mejoró su sistema de destellos para ampliar su alcance.
Durante las Guerras Carlistas, el faro fue más que un guía para los barcos: se convirtió en refugio y fortificación, llegando a ser ocupado por la Legión Británica. Incluso guarda un lado literario, ya que el escritor José María Salaverría vivió allí de niño, cuando su padre era el farero.
El Faro de Igeldo forma parte de la historia marítima del Cantábrico, estrechamente conectado con sus "hermanos" de Matxitxako y Biarritz. Su antiguo aparato óptico hoy descansa en el Museo Oceanográfico.

Descripción:
El edificio es sencillo, pero elegante. De estilo neoclásico y planta rectangular, se organiza en dos pisos coronados por una terraza panorámica. Desde la fachada norte emerge una torre cilíndrica de unos 13 a 15 metros, donde vive su característica linterna.
Su luz, situada a más de 130 metros sobre el mar, tiene un alcance de 26 millas náuticas (unos 48 km). Funciona con una lámpara de 1.500 vatios y su destello es inconfundible: dos cortos y uno largo cada 15 segundos.
En el interior, el corazón mecánico del faro —un sistema óptico que gira sobre un tonel de mercurio— sigue funcionando, aunque la presencia del clásico farero ya es cosa del pasado. Hoy todo se gestiona de forma automática, supervisado por la Autoridad Portuaria de Pasajes.
Entorno:
El monte Igeldo es mucho más que el hogar del faro: es un lugar perfecto para pasear, hacer senderismo o simplemente perderse en sus vista, que invitan a recorrer la costa mientras el mar rompe contra los acantilados.
A pocos pasos se encuentra el entrañable Parque de Atracciones de Monte Igeldo, inaugurado en 1912, donde las atracciones clásicas y sus miradores se combinan con un aire nostálgico difícil de encontrar hoy en día. También podrás visitar el Torreón, el antiguo faro de leña transformado en mirador y pequeño centro expositivo.
El acceso es cómodo: hay un parking a 200 metros y, si buscas una experiencia con sabor a antaño, siempre puedes subir en su emblemático funicular, en funcionamiento desde hace más de un siglo.

Curiosidades:
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La luz del faro se mantiene fiel a sus orígenes: gira sobre un tonel de mercurio y es impulsada por motores eléctricos, siempre lista para guiar a los navegantes.
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El faro sigue activo y forma parte de la red de señales marítimas gestionadas por la Autoridad Portuaria de Pasajes.
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Aunque el interior del faro no es visitable, los miradores cercanos ofrecen unas vistas de película.