El Faro de Punta Silla, también conocido como Faro de San Vicente de la Barquera, es mucho más que una torre luminosa frente al mar: es historia viva, testigo del paso del tiempo y guardián de una de las costas más bellas del norte de España. Con más de siglo y medio de servicio, no solo sigue cumpliendo su función de guiar a los navegantes, sino que también se ha reinventado como un espacio de divulgación y conexión con la naturaleza. Su ubicación privilegiada y su entorno espectacular lo convierten en una parada imprescindible para los amantes del mar, la historia y los paisajes inolvidables.

Ubicación:

El faro se encuentra en San Vicente de la Barquera, una pintoresca villa marinera en la costa occidental de Cantabria. Se alza sobre la Punta Silla, un promontorio rocoso que marca la entrada a la ría de San Vicente, justo donde el mar Cantábrico se encuentra con la tierra. A 43 metros sobre el nivel del mar, ofrece una vista panorámica única del litoral cántabro. Su proximidad al centro del pueblo facilita el acceso a pie o en vehículo, lo que lo convierte en una escapada ideal desde el casco urbano.

Este enclave forma parte del Parque Natural de Oyambre, un entorno protegido de gran valor ecológico que refuerza el carácter privilegiado del faro como punto de encuentro entre patrimonio, mar y naturaleza.

Historia

El Faro de Punta Silla fue proyectado en el marco del Primer Plan de Alumbrado Marítimo de España, impulsado en el siglo XIX para modernizar las señales costeras y mejorar la seguridad de la navegación. Comenzó a operar el 27 de diciembre de 1871, utilizando aceite de parafina para alimentar su luz original.

A lo largo de los años, ha sido objeto de varias mejoras técnicas, como la electrificación y la incorporación de una óptica más avanzada. En 1954 se añadió una sirena antiniebla que emitía la letra V en código morse, un sonido inconfundible en días de niebla espesa. En 1977, el faro vivió uno de los momentos más trágicos de su historia: el naufragio del buque "Lasarte", cuyo recuerdo permanece grabado en la memoria local.

En tiempos recientes, el faro ha sido integrado en la iniciativa europea "At Light" (Faros Atlánticos), que busca revalorizar estos monumentos marítimos. Su antigua vivienda fue restaurada para albergar el actual Centro de Interpretación del Parque Natural de Oyambre, un espacio dedicado a la educación ambiental y el conocimiento del entorno.

Entorno:

El faro se encuentra en el corazón del Parque Natural de Oyambre, un espacio protegido de más de 5.700 hectáreas que alberga una asombrosa variedad de paisajes: playas salvajes, acantilados abruptos, marismas, rías, dunas y bosques. Punta Silla, donde se asienta el faro, es un excelente lugar para la observación de aves marinas, ya que muchas especies utilizan sus riscos para anidar o descansar durante las migraciones.

Desde este punto estratégico se pueden contemplar vistas espectaculares del mar Cantábrico, los Picos de Europa en días despejados, y una costa que combina naturaleza virgen y tradición pesquera. Es un lugar ideal para conectar con el entorno o simplemente dejarse llevar por el sonido de las olas y el viento.

Curiosidades:

• En 1977, el faro fue protagonista de una tragedia: el naufragio del "Lasarte", que dejó 14 marineros fallecidos.
• Su sirena antiniebla emitía la letra V en código morse, un sonido singular en la costa.
• En 2008, albergó temporalmente el Museo artesanal y costumbrista de la Mar.
• Forma parte de la red europea "At Light", que promueve el uso cultural y turístico de los faros.
• Su sistema óptico sobre flotador de mercurio, instalado hace casi un siglo, sigue siendo una joya de la ingeniería clásica.
• Es un ejemplo de reutilización patrimonial, al transformar la vivienda del farero en un centro educativo sin perder su esencia histórica.

Huellas

Nuestro agradecimiento a todos los viajeros de la Ruta 181 por compartir sus imágenes y ayudarnos a mostrar la belleza de cada rincón.

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